viernes, 10 de agosto de 2012

ESPIAME...



Espíame... Resuelve
cuenta las perlas de mi pecho, lamelas...
Exhausto cae sobre mí... y trata de alcanzar mi corazón... Desenfrenado. Mientras te espero... Ansiosa y cantando ese murmullo mientras muerdo mis labios, mientras trenzo mi dedos en tu cabello mojado, miento atraigo hacia mí la maquina desquiciadora…
Mientras trepo,  mientras acaricio, mientras lamo, mientras babeo, mientras mis ojos se eclipsan… y al final una línea deja el vestigio… una línea que cruza ese muro lunado, ese muro de músculos que resistían tu pecho...
Espíame, espía mi rictus, espía mi garganta…

CONFESIONES...


Tu amor transita, se refleja en ese cartel de supermercado. Tu amor es una sinfonía en las luces del semáforo  y el azúcar me empieza a dar vueltas en la cabeza.  Y tu amor no puede abrigar este corazón que se ha sentido al inicio huérfano y que busco abrigarse en ti para que le des  un pedazo de la tierra que eres tú... porque esta pobre guerrera cosmopolita decidió clavar su  cayado y tristemente reposar su mentón sobre sus manos apoyadas en un extremo y vio que todo era prospero y tu tierra le sonreía. Y este amor nada ha probado mejor que la ingratitud de tus manos que he chupado y lamido... tus dos manos de ave y ahora tu diciéndome... Todo eso... y luego arrepintiéndote escondiendo  las uñas... Y luego... Tú prometiéndome de nuevo tu paraíso... Volviendo a enseñarme que estoy sedienta de ti... que te necesito... Que eres tú la raíz de lo que soy... Como decirte que respiro por tus tejidos y que eres el amplio y más deseado lamido de vida que le puedo dar el cielo... que morder tus nubes es poco que lamer tus labios y buscar tu boca escondida entre tus frazadas y estar sobre ti  tratando de ver tu garganta.. De estirar mi musculo más húmedo y elástico y que para mayor seña comienza con len- y termina en –gua. Mira aquí en la esquina de esta calle negra que ahora va ser nuestro nuevo ring mira en esa esquina  sobando como una gata las paredes, acariciaras mi vientre donde dormirás después dejar a nuestros hijos en mi ombligo me besaras en la frente y yo creeré que ya eres mi tierra ganada… que ya pertenezco a ese lugar y que por fin he quedado atrapa en ese tiempo, en ese espacio es nuestra historia... Luego cuando los gallos canten o los gatos (quienes se levante primero) mi desnudes se saldrá de tus sabanas... y me vestiré... Agarrare mis cosas y emprenderé otro camino porque así me has ensañado ha ser y así he aprendió a ser gracias a ti a buscar para tierra...a buscar otra paraíso…